El gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha intensificado las presiones contra periodistas independientes en Nicaragua, recurriendo a amenazas, hostigamiento y chantaje para obligarlos a convertirse en informantes de las estructuras oficialistas. Así lo documenta la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED) en su III Informe Trimestral 2025, correspondiente al periodo julio–septiembre, en el que se registraron 31 casos de agresiones y ataques contra la prensa independiente.
Según el informe, agentes policiales, funcionarios del Ministerio del Interior y grupos parapoliciales han desarrollado un patrón de coerción destinado a quebrar la independencia periodística. A varios comunicadores se les ofreció «protección» o «empleo» a cambio de delatar a colegas, mientras otros fueron amenazados con cárcel, pérdida de bienes o vigilancia permanente si se negaban a colaborar. Para FLED, este método constituye una forma sistemática de represión que utiliza la precariedad y el miedo como armas de control social.
El informe también reitera la grave preocupación por la desaparición forzada de los periodistas Fabiola Tercero, Elsberth D’Anda y Leo Catalino Cárcamo, casos aún sin respuesta oficial. La desaparición de Tercero supera ya los 14 meses, mientras el gobierno guarda un silencio absoluto que agrava el sufrimiento de sus familias.
En el entorno digital, las agresiones persisten con la misma intensidad. FLED documentó ataques a cuentas de redes sociales, sabotajes a sitios web y campañas de odio, particularmente contra mujeres periodistas. La organización denuncia que el medio oficialista El 19 Digital, que funciona como medio de comunicación del Estado, mantiene una ofensiva mediática que busca desacreditar a la prensa crítica, llamándola «sicaria digital» o «enemiga de la paz». Estas expresiones, señala FLED, reproducen una política estatal de estigmatización y censura institucionalizada.
El deterioro del ecosistema informativo se profundiza con la expansión de los «desiertos informativos». Con el silenciamiento de la prensa independiente en 11 departamentos del país, lo que representa 65 % del territorio nacional, cada día la narrativa oficial predomina como única fuente de comunicación en el país centroamericano.
En tanto, el exilio sigue siendo la única alternativa para muchos comunicadores. Entre julio y septiembre, 11 periodistas y trabajadores de medios abandonaron el país, elevando a 304 el total desde 2018. La organización señala un debilitamiento de las redes internacionales de apoyo, cuyos programas de reubicación se han reducido drásticamente por falta de fondos.
El informe también alerta sobre un endurecimiento del control migratorio hacia creadores de contenido extranjeros que intentan ingresar a Nicaragua.
FLED concluye con un llamado urgente a la comunidad internacional a mantener la atención sobre Nicaragua y a respaldar los esfuerzos del periodismo independiente, tanto dentro como fuera del país.
Descarga el informe completo aquí.