Caracas, 21 de octubre (IPYS Venezuela)-. El martes 15 de octubre Nicolás Maduro emitió mensajes estigmatizantes contra la Revista Semana, de Colombia, durante un acto militar donde se encontraban los jefes de los poderes públicos.
En su alocución, Maduro presentó al presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, quien no había sido visto en público desde el 5 de agosto, y se refirió a un nota publicada por Revista Semana: “Hoy estaban en la guerra psicológica diaria. La Revista Semana, de Bogotá, que es la revista del narcotráfico (…), la revista de los paramilitares, hoy tituló ‘Elvis Amoroso huyó de Venezuela’”.
Asimismo, el presidente se refirió a la directora de ese medio colombiano, la periodista Vicky Dávila, y la llamó “cómplice del narcotráfico colombiano y de los paramilitares”. Con esta, es la séptima vez que Maduro ataca discursivamente a la prensa internacional desde enero de 2024.
Otro actor estatal que emitió mensajes estigmatizantes fue el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez. El 16 de octubre, durante una rueda de prensa televisada, llamó “mercenario tarifado” al periodista Orlando Avendaño, por informar en su cuenta de X sobre una presunta reunión entre facciones del partido Primero Justicia.
De manera similar, el 4 de septiembre, en la transmisión de su programa “Con el mazo dando”, que sale al aire por el canal estatal VTV, el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, emitió descalificativos contra los periodistas Emanuel Figueroa, Nelson Bocaranda y Nitu Pérez Osuna.
Cabello se refirió a publicaciones sobre el apagón nacional del 30 de agosto que los comunicadores hicieron en la red social X, y los señaló de supuestamente saber que la falla eléctrica ocurriría: “Salieron antes y se pusieron en evidencia, porque a ellos nos les importa hacerle daño al país, son fascistas”.
Durante 2024, altos funcionarios del gobierno han atacado discursivamente a periodistas y medios de comunicación independientes en 32 oportunidades. IPYS Venezuela rechaza los mensajes estigmatizantes hacia la prensa, pues promueven el silencio y erosionan la confianza en quienes se dedican a informar.