Latinoamérica.— Periodistas independientes del Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) denunciaron en las últimas horas estar sometidos a vigilancia policial, restricciones de movimiento y amenazas directas por parte de la Seguridad del Estado. Esto ocurre en un contexto de reforzamiento represivo previo a la manifestación convocada para el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.
En La Habana, Yunia Figueredo, directora del medio comunitario Amanecer Habanero, informó al ICLEP que un oficial identificado como Leonel le comunicó que tanto ella como su esposo, el periodista Frank Correa, permanecerían bajo detención domiciliaria hasta nueva orden.
Figueredo envió un video al ICLEP en el que se observa una patrulla —con número 157— estacionada cerca de su vivienda y un agente vigilando la zona.
En Artemisa, Mabel Páez, directora del medio comunitario El Majadero de Artemisa, denunció que un oficial que dijo llamarse Alejandro acudió a su casa para informarle que tenía prohibido salir. La periodista relató que, al preguntar el motivo, el agente respondió que «eran fechas complicadas» y la amenazó con procesarla por desacato si intentaba abandonar la vivienda.
A estas denuncias se suma la del periodista independiente Pedro Luis Hernández, director del medio comunitario El Espirituano. Según explicó al ICLEP, un oficial de la Seguridad del Estado identificado como Tiago lo visitó en horas de la mañana y le advirtió que no podía salir a la calle ni realizar publicaciones relacionadas con la marcha del 10 de diciembre, bajo amenaza de ser acusado de un «delito contra la seguridad nacional».
«Me dijo que no podíamos salir a la calle en estos días ni publicar nada que pueda constituir un llamado a la protesta para el próximo día 10. Me dijo que, de publicar algo al respecto, no les importaba que estuviera enfermo y me encerraran», denunció Hernández.
Las denuncias ocurren en medio de la convocatoria a una marcha mundial promovida por organizaciones del exilio y actores de la sociedad civil para exigir la liberación de presos políticos y denunciar violaciones de derechos humanos en Cuba.
En la isla, el llamado contempla acciones simbólicas como cacerolazos, manifestaciones relámpago y grafitis con las siglas «DH», mientras que en el exterior se prevén concentraciones en ciudades con comunidades cubanas.
Las restricciones, amenazas y operativos de vigilancia reportados por periodistas del ICLEP se suman a un patrón de medidas represivas que suelen intensificarse en fechas consideradas políticamente sensibles por las autoridades cubanas.
