Sao Paulo, 22 de junio (Abraji)
En la noche del jueves 18 de junio de 2020, el reportero Alex Stanrlei y el director del periódico Em Questão, del interior de Rio Grande Sul, fueron golpeados por la policía militar en Alegrete, a unos 500 kilómetros de Porto Alegre.
Alrededor de las 21:00 horas, Paulo de Tarso Pereira, de 60 años, y Alex Stanrlei, de 46, fueron alertados sobre una denuncia de robo de ganado en una granja del Ejército en la ciudad de Rosário do Sul, a 100 kilómetros de Alegrete. Stanrlei fue al campo y fotografió un camión de ganado parado frente a la comisaría de policía de turno y en la oficina de Alegrete. Poco después, se le acercó un oficial y un soldado de la Brigada Militar de Rosario do Sul.
La discusión comenzó cuando se le dijo al reportero que debía borrar la imagen. El periodista descartó el disco, pero decidió salir en directo en las redes sociales para hablar del reportaje, sin mostrar el camión.
La policía pidió a Stanrlei que presentara un documento que lo identificara como periodista. Como dijo haber olvidado los documentos en casa, pidió que se firmara un término de buena fe con el Primer Ministro hasta que algún miembro de la familia apareciera con los documentos, o incluso el director del periódico Em Questão ayudara a identificarlo. La negociación no fue aceptada. Desde ese momento, dijo que había sido insultado y golpeado por la brigada militar.
Paulo de Tarso Pereira le dijo a Abraji que cuando llegó a la comisaría y vio al reportero en el suelo, esposado, aún siendo agredido, comenzó a grabar el acercamiento. Informa que a partir de ese momento comenzaron actos más graves: un policía militar lo agarró por el cuello, lo pateó y lo derribó. A Stanrlei lo arrastraron y le pisotearon la mano. A ambos les confiscaron sus teléfonos celulares.
Los dos periodistas sufrieron varias abrasiones y registraron el Boletín de Ocurrencias. El viernes 19 de junio de 2020, se sometieron a exámenes de corpus delicti. Y el lunes 22 de junio de 2020, el reportero Alex Stanrlei regresó a testificar.
Abraji repudia cualquier agresión contra los profesionales de la prensa, especialmente por parte de las fuerzas de seguridad del Estado, que deben protegerlos para que puedan cumplir su función de informar a la sociedad sobre asuntos de interés público.
Intimidar a los periodistas, especialmente con el uso de la fuerza, constituye un abuso de poder, perjudica la libertad de prensa y debilita la democracia. Abraji exige una investigación independiente e imparcial por parte de la Brigada de Policía Militar de Rio Grande do Sul y el castigo ejemplar de los agresores.